Navega, sirena. Una vez más, navega.
Que para mí ya no cantas penas
Al norte llegaré aunque se apoltronen tus ansias
Es allí mi destino, donde plantaré mi bandera.
Cautivar a otros podrás con tu destreza
Antiguo símbolo de vil inconstancia
Y aunque incrédula te acoja la sorpresa
Recuerda que en mí sólo Aletheia penetra.
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