Wednesday, 10 November 2010

Deconstrucción.

He roto los nombres.
He roto el concepto.
He quebrado el cielo
y abierto una grieta en el infierno.
He desechado al odio
y junto con él, al amor.
He quebrado las alas de mi paloma
y desterrado su imperio.
He mutilado el silencio con la idea
y el bullicio destruido con el martillo.
He labrado en la nada
cuando el todo abarcaba.
He roto la vida
y adquirí la muerte
que grotesca abandonó mi morada.
Heme aquí, librado de servidumbres,
ahora lanzado en guerra sin tregua,
allí donde he muerto y renacido
para ser padre e hijo - de mí mismo.
He visto nuestra estrella caer,
radiante luminosidad que centelleó el camino
y en la oscuridad total que me ampara
me ha marcado,
otorgando pieles de oso y de lobo - ¡furiosos!
Consagrado…y ¡condenado!
Maldito, loco, irracional…he roto el mundo
con mi cuerno.
He fracturado el sin sentido del sentido inmaculado.
He franqueado a la razón.
He embestido a la conmoción.
Indómito, mi signo se dilata
quemando praderas y barreras,
carbonizando todo ensueño
para luego embestir contra todo reflejo.

Hostil e incitante, propago
mi aullido de bestia milenaria
con la irónica vida
del poeta que confía:
“Res non verba.”

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